Hay sitios relativamente cercanos que son parajes naturales espectaculares. Sitios con una densidad de población inversamente proporcional a su riqueza paisajística.
Cuando a estos parajes les aderezas con motos de trial clásicas y buena compañía, te sientes un afortunado forastero en "el último paraíso".
Antonio y yo, acompañados por nuestras chicas y por nuestras compañeras hemos pasado un puente de la Hispanidad extraordinario.
Unos días para recordar y para repetir. Volvimos enteros, cansados y con una sonrisa de oreja a oreja.
Qué más se puede pedir!!!